Muchas son las vías existentes para intentar ganarle la carrera a la inflación. Si no os convencen ninguna de las alternativas tradicionales de inversión, os proponemos otra forma de ganar dinero: las piedras preciosas, una inversión brillante.
Para invertir en piedras preciosas existen varias opciones: podéis recurrir a acciones de compañías mineras (Harry Winston Diamond Corp en Canadá o bien Gem Diamond Miningen Sudáfrica) o ETF’s varios. Sin embargo, la forma más segura para los amigos de lo tangible es comprar las piedras y esperar a que su valor aumente con el paso del tiempo.
PRIMEROS CONSEJOS
La mayoría conocemos los diferentes tipos de piedras preciosas, al menos los más básicos. Lo que tal vez no sea de dominio público, es que si bien para los diamantes existen una serie de rígidas normas de calidad, para el resto de piedras (esmeraldas, rubíes, zafiros, etc…) no pasa lo mismo.
Existen tantos tipos de piedras preciosas de color (las antes mencionadas principalmente) que, a la hora de comprar, hay que asegurarse de que se trata de piedras preciosas genuinas y no de gemas simuladas en laboratorio. Para esto, es muy importante que las piedras cuenten con el certificado GIA y, para estar absolutamente seguros, sería conveniente que las examinara un experto en detectar falsificaciones de laboratorio.
Existen una serie de rasgos indicativos que nos pueden dar algunas pistas de la calidad de la piedra: su color y su tallado. Aseguraos de que no existen imperfecciones de talla y de que el color es uniforme (sin claros, oscuros o manchas). Para esto último, examinarlas a la luz del día os será de gran ayuda, pues si el examen se realiza con determinados tipos de iluminación (luz azul, por ejemplo) se puede distorsionar la percepción.
Y, como último consejo, recordad, nadie da “euros a 90 céntimos” así que desconfiad de las gangas como primer paso a la hora de determinar si el precio que se os ofrece es justo.
CERTIFICADO DE PIEDRAS PRECIOSAS
Cuando se dispone de una piedra preciosa, el certificarlo no es una obligación pero sí una acción bastante recomendable. En el Instituto Gemológico de Madrid, por un precio de entre 50 y 150 euros, podréis obtener un certificado de la joya o hasta un informe histórico. Por un poco más, os realizarán el micro-grabado de un texto en la piedra, cosa muy útil en caso de robo.
Básicamente, los profesionales del instituto recogen vuestra piedra y la estudian para determinar si es natural o sintética. Fotografían las piezas, obtienen sus composición química (cada piedra tiene una composición propia que determina su origen) y la tasan. Hasta tenéis la posibilidad de realizarles un seguro por un coste del 0’02% del valor declarado.
Actualmente, un diamante de unos tres quilates (un quilate equivale a 5 gramos) tiene un precio que oscila entre los 30.000 y los 60.000 euros, dependiendo de factores como su pureza, brillo, talla, etc… Eso sí, ojo dónde lo guardáis, que menuda gracia os hará si lo perdéis.
EVOLUCIÓN DE LOS PRECIOS
La mejor parte de todo, es que, en lo que a diamantes se refiere, la evolución de los precios ha mantenido un alza constante a través de los años. La razón es sencilla: su producción está absolutamente controlada, de modo que cuando la demanda baja, cosa que pasó en 2009 por la crisis, se recorta la producción y, de este modo, de mantienen los precios.
Se estima que, durante los últimos 20 años, el precio de los diamantes más comunes ha subido, de media, un 3% anual. Sin embargo, en el caso de los diamantes más raros, los negros por ejemplo, su precio se ha duplicado en los últimos 15 años. Entre el año 2007 y 2008, como respuesta a los miedos en los mercados financieros, los diamantes azules y rosados (bastante raros) aumentaron su precio en un 75%.
Se estima que, durante los últimos 20 años, el precio de los diamantes más comunes ha subido, de media, un 3% anual. Sin embargo, en el caso de los diamantes más raros, los negros por ejemplo, su precio se ha duplicado en los últimos 15 años. Entre el año 2007 y 2008, como respuesta a los miedos en los mercados financieros, los diamantes azules y rosados (bastante raros) aumentaron su precio en un 75%.
Como podéis observar, se trata de una cuestión de tiempo que el diamante que compréis suba de precio, normalmente, por encima de la inflación. Tal vez no se trate de la inversión más rentable, pero sí de una de las más seguras dado el carácter controlado de su oferta a través de los carteles mundiales. Además, su demanda por parte de las nuevas economías no para de crecer.
VENTAJAS E INCONVENIENTES
Ninguna inversión es perfecta, todas tienen ventajas e inconvenientes y la inversión en piedras preciosas no es una excepción.
-Ventajas:
- Se trata de un activo muy valioso, que ocupa poco espacio y es fácil de transportar. Se puede almacenar mucho dinero en una sola piedra (una de tamaño grande y de calidad puede costar unos 300.000 euros).
- Son inversiones de revalorización lenta y constante. A diferencia de los fondos de inversión o las acciones, su precio no sufre bruscos vaivenes en función de las expectativas del mercado.
- Si se compran diamantes en bruto, pueden mandarse a cortar y pulir, multiplicando su inversión con un coste relativamente bajo.
- Se trata de un activo muy valioso, hay que tener especial cuidado a la hora de almacenarlo pues su desaparición o robo reportaría una gran pérdida de golpe. Normalmente, su almacenamiento tiene un coste asociado (caja de seguridad del banco, por ejemplo).
- Se debe estudiar el mercado y conocer lo que se compra. Si se piensa invertir en este tipo de activos, no está de más documentarse y leerse algunos tratados de gemología para no ser engañado en las primeras de cambio.
- Su revalorización es más lenta que la de otros activos, se trata de una inversión con menos rendimiento, de media, que la bolsa o la deuda soberana.
Recordad, dicen que el diamante es el mejor amigo de una mujer, sin embargo, el dicho debería decir “el diamante es uno de los mejores amigos del inversor astuto”, una brillante forma de diversificar vuestra cartera de inversión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario