El empresario mexicano Carlos Slim posee una fortuna de más
de 74 mil millones de dólares, lo que lo ha convertido –según la prestigiosa
revista Forbes- en el hombre más rico del mundo. Por si dudan del alcance de su
fortuna, o la creen ajena a nuestra realidad, necesitan saber que una de las
empresas más grandes de Ecuador, la telefónica Conecel, cuya marca comercial es
Claro, le pertenece. Pero si se han preguntado cómo amasó tanto dinero, sepan
que nosotros nos hemos hecho la misma pregunta.
La totalidad de la respuesta, por supuesto, no está abierta
al conocimiento público. Sin embargo, más allá de las acciones particulares que
día a día tomó, Slim asegura que 10 principios siempre han guiado todas sus
decisiones empresariales. Los dio a conocer hace dos años, cuando el Grupo
Financiero Inbursa, de su propiedad, cumplió 40 años en el mercado. Este es el
decálogo de consejos de Carlos Slim para los negocios:
- Estructuras simples: Organizaciones con mínimos niveles jerárquicos permiten que la empresa tome decisiones rápidas y flexibles (como los empredimientos ninja). Slim cree que operar con las ventajas de las empresas pequeñas es lo que hace grandes a las grandes empresas.
- Austeridad: Incluso en tiempos de vacas gordas, Slim cree en la discreción del gasto, porque facilita y acelera el desarrollo de la empresa. Además, evita los recortes en los periodos de crisis.
- Modernización: Slim creen en la mejora incansable de los procesos productivos a través de la modernización constante. Guiar el accionar de gastos, productividad y costos basados en los más altos estándares mundiales.
- No limitar a la empresa: “No sentirnos grandes en nuestros pequeños corralitos”, sostiene Slim. Cree también que la empresa no puede limitarse a la medida del propietario o del administrador, además de que la inversión en activos no productivos debe ser mínima.
- Ambición: Slim crea la cultura en sus empresas de que no hay reto que no sea posible de alcanzar si se trabaja en unidad con objetivos claros y conocimiento de los instrumentos para lograrlos.
- Reinvertir las utilidades: “El dinero que sale de la empresa se evapora. Por eso reinvertimos las utilidades”, piensa Slim.
- Creatividad: La creatividad empresarial crea soluciones no solo para los negocios, sino para los problemas del día a día.
- Optimismo: El padre de Carlos Slim solía decirle que el optimismo firme y paciente siempre rinde frutos. Y eso cree él.
- Todos los tiempos son buenos: Slim desestima las malas épocas, porque considera que todos los tiempos son buenos para quienes saben trabajar y tienen con qué hacerlo.
- Administrador temporal: Slim finaliza su decálogo diciendo: “Nuestra premisa es y siempre ha sido tener muy presente que nos vamos sin nada; que sólo podemos hacer las cosas en vida y que un empresario es un creador de riqueza que la administra temporalmente”.
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