Un millón de puestos de trabajo en Europa, y creciendo. Es la puerta (o portón) que abre dominar un lenguaje de programación móvil. A medida que el sector madura, las aplicaciones que no aportan valor desaparecen y se sofistican las técnicas para destacarlas dentro de un 'marketplace'.
Se calcula que el mercado de aplicaciones móviles, inexistente (tal y como hoy lo conocemos) hasta la llegada del primer iPhone en 2007, ha generado ya más de un millón de puestos de trabajo. Según los cálculos de la Comisión Europea, en los próximos cinco años este sector moverá 63.000 millones de euros y dará empleo a 4,8 millones de personas.
El mobile first y el omnichannel se imponen en los planes estratégicos de las compañías internacionales más punteras. Facebook, por ejemplo, hace ya dos años que exige que todos y cada uno de sus desarrolladores conozcan algún lenguaje de programación móvil.
Por supuesto, esto no quiere decir que triunfar en el entorno móvil sea coser y cantar. Hay quien sueña con crear una app y hacerse rico. Ha habido casos, pero lo cierto es que monetizar es más difícil de lo que parece. En España, un especialista en iOS cobra, de media, entre 30.000 y 35.000 euros. Para las empresas, rentabilizar una inversión en estos canales requiere, por norma general, de una cuidada labor de ideación (¿qué valor diferencial aporta mi app?), validación (¿está mi público objetivo interesado?; ¿de dónde obtendré ingresos?), posicionamiento (¿con qué palabras clave quiero que se identifique?), mantenimiento, actualización, etcétera.
Muchas de las más de un millón de aplicaciones que existen en las tiendas AppStore y Google Play desaparecerán. «A largo plazo, sólo tendrán cabida aquéllas que aporten un valor real al usuario», vaticina Carlos Rodríguez, consejero delegado de la firma de desarrollo Quadram, y profesor de The Valley Business School.
Rehuye del 'estar por estar'
Hacerse rico con una app no es fácil, lo que tampoco significa que el entorno móvil no le pueda aportar sugerentes beneficios (aunque sea indirectamente) a un negocio. Igual que ya sucedió con las páginas web, los blogs y las redes sociales, conforme las empresas conocen, reconocen y comprenden el entorno móvil, el 'estar por estar' da paso a estrategias más meditadas.
Toda puntocom que nazca en la actualidad debe plantearse la siguiente pregunta: ¿nacer en el entorno web o directamente en el móvil? Para un comercio offline, en cambio, los canales digitales suponen una inversión relevante y de resultados inciertos. «Los clientes de una tienda tienen ya un smartphone, buscan información a través de éste y, cada vez más, compran bienes y productos. Especialmente si te diriges a un público joven y quieres fidelizarlo, una app puede serte de gran utilidad», opina Víctor Rodado, cofundador de Upplication.
Esta start up ofrece un servicio de aplicaciones do it yourself (similar a lo que 1and1 aporta para páginas web), por el que cualquier persona, sin conocimientos de programación, puede crear su app y pagar por ella una cuota mensual de entre 4,95 y 59,95 euros al mes. «Es una solución perfecta para las pymes que quieren probar», propone Rodado. Por un precio superior, de 299,95 euros al mes, Upplication ofrece asimismo desarrollo a medida y nativo (creado expresamente para una determinada plataforma móvil). «Una app tiene que servir para algo, ofrecer un valor. Si no, nadie la descargará», insiste Rodado.
Pero para que el usuario llegue a conocer tu aplicación móvil, ésta no sólo debe ser útil. Además, es necesario realizar una intensa labor promocional, que va desde el boca a oreja a la publicidad, pasando por contratar los servicios de un recomendador de apps, como Stellaps, AppGratis o AppDiaria, entre otros. Funcionan de la siguiente manera: a cambio de 10.000 ó 20.000 euros diarios, te garantizan un número determinado de descargas (a través de publicidad en otras apps y notificaciones push a su base de datos, fundamentalmente).
Por supuesto, hay modos amateur –pero lícitos y eficaces– de posicionar tu aplicación en los rankings de los marketplaces. Por ejemplo, si tu app es de pago, puedes hacerla gratuita durante un solo día. También puedes disparar el precio a 3.000 euros y comprarte a ti mismo la app varias veces (no olvides que recuperarías el 70% del precio; el 30% restante se lo queda la tienda de aplicaciones).
Aprendiendo a monetizar
Los modelos de negocio móviles están también progresando. El pago por descarga está claramente en desuso, en favor de modalidades freemium o las ofertas por geolocalización.
«La mitad de los usuarios que accede a una web lo hace a través de un dispositivo móvil, a lo que hay que sumar los que se descargan su app y acceden directamente a través de ésta. Sin embargo, la conversión [en ventas] de este tráfico es proporcionalmente muy inferior», subraya David Vidal, programme manager de IMBS.
Fundado en septiembre de 2014 y ubicado en Valencia, el IMBS ofrece un máster en creación de negocios digitales. «El entorno móvil ocupa una parte creciente del temario. Es un sector en auge pero aún muy inmaduro comercialmente», apunta Vidal.
«En unos años, quien no sepa programar no tendrá hueco en el mercado laboral», sentencia Gonzalo Manrique, cofundador de Ironhack, una start up de formación en desarrollo web y móvil, presente en Madrid, Barcelona y Miami. «No se trata de que todos sean expertos, pero sí es preocupante la falta de educación digital» que impera, en un momento en el que la mayoría de los Millenials ya ha alcanzado la mayoría de edad y toma sus propias decisiones de compra.
Ojo, no todos los negocios necesitan una 'app'
Se calcula que cada smartphone tiene instaladas, de media, veinte aplicaciones móviles. Es evidente que ni los dispositivos tienen memoria suficiente, ni los usuarios disponen del tiempo o la voluntad de descargarse (y usar) las apps de todos y cada uno de los comercios que conocen.
Crear tu propia aplicación, al igual que ocurre con los blogs o las redes sociales, es una decisión que debe tomarse exclusivamente si tiene sentido para tu negocio, y si tienes valor que aportar. «Las apps son útiles para aquellas empresas que cuentan con un volumen importante de clientes que usan los canales móviles, y que quieren poner en marcha acciones de fidelización. Para captar nuevos clientes, en cambio, no suelen ser el mejor canal», insiste Víctor Rodado, cofundador de Upplication.
Una vez creada, ¿cómo posicionarla mejor?
Las tiendas de aplicaciones de iOS y Android albergan más de un millón de apps cada una. Lograr que el usuario te encuentre entre tal cantidad no es tarea fácil. El posicionamiento de apps (app store optimization, o ASO), depende de una serie de técnicas que implica entender el entorno móvil, y también el online en general.
La asociación IAB Spain, junto con PickASO y Tribal Worldwide Spain, han elaborado una guía gratuita sobre ASO que incluye las siguientes recomendaciones:
- En lo que se refiere a la creación de la propia app, se deben cuidar al máximo las palabras clave. En Google Play no existe un campo de keywords como tal, pero en cualquier caso el nombre de la aplicación debe contener las palabras por las que quieres ser encontrado. Lo atractivo que sea el icono o la descripción de la aplicación, aunque no influyen directamente en el ASO, ayuda a llamar la atención de los usuarios.
- Las tiendas de aplicaciones no cobran por posicionarte en un lugar destacado. Éste es un privilegio que conceden por una combinación del número de descargas y las valoraciones de los usuarios, que dan a entender la relevancia y calidad de la app. Ojo, también se tiene en cuenta la cantidad de gente que la desinstala.
- El proceso ASO no termina ahí. Existe una variedad de herramientas (gratuitas y de pago) que te ayudará a monitorizar tus rankings y los de la competencia.
- Hay distintas posibilidades para dar a conocer una app. Los blogs, el boca a oreja o invitar a influencers a probarla es una de ellas. En cuanto a la publicidad, son frecuentes las campañas en redes sociales (Facebook y Twitter, fundamentalmente) y la publicidad dentro de otras aplicaciones móviles.
Fuente: Expansion
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