Durante los últimos días ha
estado moviéndose mucho por Internet y las redes sociales un vídeo publicado en
Motherboard sobre una minera de Bitcoin ubicada en Dalian, al noroeste de
China, y titulado “La vida dentro de una mina de Bitcoin.” El vídeo en sí es
muy revelador para visualizar en qué consiste la minería Bitcoin, y cómo se
está llevando a cabo a nivel profesional, dada la necesidad de potencia
computacional que se requiere para poder resolver los algoritmos matemáticos
que son la base del funcionamiento de la criptomoneda.
La producción del vídeo
se realiza en una de las seis minas propiedad de cuatro personas y es
presentado por uno de los copropietarios y manager de la mina, Jin Xin, quien
explica el funcionamiento de la misma, muestra las instalaciones, las
condiciones de los trabajadores de la misma, así como su visión en Bitcoin como
“la moneda del futuro.”
Según el documental, entre las seis minas que poseen
cubren el 3% de la potencia computacional de la red Bitcoin, y en octubre 2014
produjeron 4.050 bitcoins al mes (más de 876.000 dólares al precio actual). Xin
asegura que en su mejor momento productivo han llegado a producir 100 bitcoins
diarios (más de 26.000 dólares al precio actual). El mayor gasto fijo de minar
bitcoins es, junto con la inversión en hardware (en la planta que visitan hay
3.000 máquinas), la electricidad, y en este sentido Xin explica que
mensualmente pagan una factura de 80.000 dólares.
“¿Esto te hace sentir que Bitcoin es una moneda segura?”
Con frecuencia la complejidad técnica de
Bitcoin, unido a la disrupción tecnológica que implica, lleva a una
desconfianza generalizada hacia la criptomoneda. Por ello, nos ha parecido
fantástico un artículo publicado por Coin Center y escrito por Peter Van
Valkenburgh. El Coin Center, fundado recientemente por Jerry Brito, es un
centro de investigación y de abogacía sin ánimo de lucro centrado
principalmente en las cuestiones de políticas públicas a las que se enfrentan
las criptomonedas como Bitcoin.
“¿Esto te hace sentir que Bitcoin es una moneda
segura?” Asegura Van Valkenburgh que le pregunta por email su madre en tono
preocupado.
Su respuesta es la siguiente: “Sí, esto me hace confiar en Bitcoin.
Estas personas están compitiendo para validar transacciones. Ellos consiguen
ganar 1-3% de las veces. Hay todo un mercado con miles de otros como ellos.
Todo el mundo en ese mercado está tratando de hacer el mejor trabajo validar
transacciones. Compara esto con el Bank of America. Todas sus transacciones se
validan internamente. ¿Quién sabe si están haciendo un buen trabajo, o si
censuran arbitrariamente algunas transacciones? No hay fuerzas presionando al
Bank of America a hacer un buen trabajo, del tipo de auditorías externas de los
accionistas o reguladores.”
“Por ejemplo, yo puedo, usando solo mi ordenador y
una conexión a Internet, mirar a un bloque de transacciones Bitcoin que fue
validado por este grupo en China. Puedo ver cada transferencia que han aprobado
dentro de ese bloque (…) Todos los datos son públicos en la red Bitcoin. Trata
de llamar a Bank of America o a la red Visa para pedir el libro de contabilidad
de todas las transacciones en un periodo de 10 minutos. Ellos te llamarían loca
y se negarían a mostrarlo (…) Los bancos ni siquiera mantienen reservas
completas de los pasivos que poseen en sus libros de contabilidad. Tenemos que
confiar en que no fabrican demasiadas monedas de la nada. Cuando meten la pata
obtenemos una “crisis financiera mundial”. Si esa mina en China crea más
bitcoins nuevos que los que permite la configuración matemática de la red
matemática de la red, sería al instante de conocimiento público y se rechazaría
su participación en la red.
A lo que su madre le responde de nuevo: “Vale,
tiene sentido. Pero, ¿quién comprueba todas esas transacciones?” Y el autor
responde: “La red lo comprueba acumulativamente. Todo se hace con las
matemáticas. Los intentos de falsificación son como los intentos de contarle a
un grupo de personas que 2 + 2 = 3.”
“Tiene más sentido. Cada vez que leo algo, aprendo un poco más”, le
responde finalmente su madre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario