viernes, 13 de febrero de 2015

¿Como funciona una mina de Bitcoin?



Durante los últimos días ha estado moviéndose mucho por Internet y las redes sociales un vídeo publicado en Motherboard sobre una minera de Bitcoin ubicada en Dalian, al noroeste de China, y titulado “La vida dentro de una mina de Bitcoin.” El vídeo en sí es muy revelador para visualizar en qué consiste la minería Bitcoin, y cómo se está llevando a cabo a nivel profesional, dada la necesidad de potencia computacional que se requiere para poder resolver los algoritmos matemáticos que son la base del funcionamiento de la criptomoneda. 

La producción del vídeo se realiza en una de las seis minas propiedad de cuatro personas y es presentado por uno de los copropietarios y manager de la mina, Jin Xin, quien explica el funcionamiento de la misma, muestra las instalaciones, las condiciones de los trabajadores de la misma, así como su visión en Bitcoin como “la moneda del futuro.” 

Según el documental, entre las seis minas que poseen cubren el 3% de la potencia computacional de la red Bitcoin, y en octubre 2014 produjeron 4.050 bitcoins al mes (más de 876.000 dólares al precio actual). Xin asegura que en su mejor momento productivo han llegado a producir 100 bitcoins diarios (más de 26.000 dólares al precio actual). El mayor gasto fijo de minar bitcoins es, junto con la inversión en hardware (en la planta que visitan hay 3.000 máquinas), la electricidad, y en este sentido Xin explica que mensualmente pagan una factura de 80.000 dólares. 




“¿Esto te hace sentir que Bitcoin es una moneda segura?” 

Con frecuencia la complejidad técnica de Bitcoin, unido a la disrupción tecnológica que implica, lleva a una desconfianza generalizada hacia la criptomoneda. Por ello, nos ha parecido fantástico un artículo publicado por Coin Center y escrito por Peter Van Valkenburgh. El Coin Center, fundado recientemente por Jerry Brito, es un centro de investigación y de abogacía sin ánimo de lucro centrado principalmente en las cuestiones de políticas públicas a las que se enfrentan las criptomonedas como Bitcoin. 

“¿Esto te hace sentir que Bitcoin es una moneda segura?” Asegura Van Valkenburgh que le pregunta por email su madre en tono preocupado. 

Su respuesta es la siguiente: “Sí, esto me hace confiar en Bitcoin. Estas personas están compitiendo para validar transacciones. Ellos consiguen ganar 1-3% de las veces. Hay todo un mercado con miles de otros como ellos. Todo el mundo en ese mercado está tratando de hacer el mejor trabajo validar transacciones. Compara esto con el Bank of America. Todas sus transacciones se validan internamente. ¿Quién sabe si están haciendo un buen trabajo, o si censuran arbitrariamente algunas transacciones? No hay fuerzas presionando al Bank of America a hacer un buen trabajo, del tipo de auditorías externas de los accionistas o reguladores.” 

“Por ejemplo, yo puedo, usando solo mi ordenador y una conexión a Internet, mirar a un bloque de transacciones Bitcoin que fue validado por este grupo en China. Puedo ver cada transferencia que han aprobado dentro de ese bloque (…) Todos los datos son públicos en la red Bitcoin. Trata de llamar a Bank of America o a la red Visa para pedir el libro de contabilidad de todas las transacciones en un periodo de 10 minutos. Ellos te llamarían loca y se negarían a mostrarlo (…) Los bancos ni siquiera mantienen reservas completas de los pasivos que poseen en sus libros de contabilidad. Tenemos que confiar en que no fabrican demasiadas monedas de la nada. Cuando meten la pata obtenemos una “crisis financiera mundial”. Si esa mina en China crea más bitcoins nuevos que los que permite la configuración matemática de la red matemática de la red, sería al instante de conocimiento público y se rechazaría su participación en la red. 

A lo que su madre le responde de nuevo: “Vale, tiene sentido. Pero, ¿quién comprueba todas esas transacciones?” Y el autor responde: “La red lo comprueba acumulativamente. Todo se hace con las matemáticas. Los intentos de falsificación son como los intentos de contarle a un grupo de personas que 2 + 2 = 3.”

“Tiene más sentido. Cada vez que leo algo, aprendo un poco más”, le responde finalmente su madre. 

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